Dicen que todo viaje empieza mucho antes de poner un pie en el avión. Que los lugares nos llaman, nos esperan, nos encuentran.

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Así me pasó con Rapa Nui: esa pequeña isla perdida en la inmensidad del Pacífico, donde la vida y la leyenda conviven, el misterio también es parte de su identidad.

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Te Pito Te Henua, el ombligo del mundo. El centro de un universo antiguo, espiritual, resistente. Un lugar que te invita a reconectar.